Si me hubieran preguntado hace siete meses cuál
es mi testimonio cristiano, les respondería que nací en una familia católica
donde aprendí mucho acerca de Dios. Siempre sentía que había algo más y a los
12 años comencé a congregarme en una iglesia cristiana evangélica. Desde ahí
comencé a profundizar en mi relación con Dios, por lo que mi adolescencia y
ahora en mi juventud he podido dedicar una gran parte a servir en la iglesia.
Cometí errores y aunque Dios me santificó, soy una pecadora que necesita diariamente
de arrepentimiento. Cada día lucho con este mundo y mis propios deseos de hacer
lo malo, todo con la fortaleza de Dios.
Ese sería mi testimonio de vida quizás no tan
deslumbrante como otros, una vida rescatada en el tiempo de Dios. Sin embargo,
hace siete meses mi vida tomó un rumbo inesperado, ocurrió una interrupción y
ha sido el dolor más grande que he experimentado hasta este momento. El 14 de
septiembre del 2019 me sorprendió una noticia que marcó un antes y un después
en todo lo que soy, mi hermano de 24 años tomó la decisión de quitarse la vida.
En el momento que me enteré de la muerte de mi
hermano mi mundo se hizo pedazos, cuando vi a mi madre desesperada lo único que
pude hacer fue recitar el Salmo 23 que me aprendí cuando era niña: Jehová es mi
pastor, nada me faltará… El dolor que mi familia y yo sentimos fue
indescriptible, tantas preguntas sin respuestas, ¿Qué pasó? Nadie lo podía
entender, éramos una familia “ejemplar”, sana, de buenos valores y una crianza
adecuada. Tuve mucho miedo de preguntarle a Dios el propósito de esta prueba,
todavía sigo encontrando respuestas en su palabra y su amor.
Dios me sostuvo de una manera que solo había
escuchado a otras personas decir en sus testimonios. Hasta ahora no me puedo
explicar cómo Dios me ha fortalecido, Él fue mi ayudador como dice la biblia: He
aquí, Dios es el que me ayuda; El Señor está con los que sostienen mi vida (Salmos
54:4). De esta dolorosa experiencia aprendí que no estamos en control de
las cosas, solo Dios. Aprendí que debemos amar a quienes nos rodean y vivir
cada día como si fuera el último.
En el memorial de mi hermano leí un discurso en
su honor, una de las frases que dije fue una de las tantas que las personas nos
enviaban para darnos fuerzas: Gracias Señor, no entiendo nada. Desde mi
punto de vista he hecho todo y nada ocurre, aunque no comprendo ni imagino por
qué permites que esto ocurra, sé que quieres lo mejor para nosotros y aceptamos
tu plan. Dios me ha enseñado que debo depender totalmente de Él, que tiene
cuidado de mi y que me sostiene aún en los tiempos más difíciles.
Para ti quien lees este testimonio, que crees
que tu vida no tiene sentido, que sientes que se te acaban las fuerzas; tengo
para decirte que Dios te está esperando para darte el propósito que tanto has
anhelado. Dios te espera para mimarte en sus brazos y decirte que todo estará
bien. No te prometo que, siendo cristiano, podrás vivir una vida “color de
rosas”, pero si te puedo decir que cuando enfrentes los problemas de la vida,
Dios estará sosteniéndote a cada paso del camino.
Hoy te digo: Pon tu esperanza en el Señor; ten valor, cobra
ánimo; ¡pon tu esperanza en el Señor! Salmos 27:14 (NVI).
Oración: Amado Dios entiendo que me amas y que sin ti mi vida no tiene
sentido. Te abro la puerta de mi corazón, comienza a cambiar todo lo que no te
agrada y te pido perdón por mis pecados. Amén.
Canción para el día: Más grande (Lilly Goodman), esta canción fue de
mucha bendición en días en los que solo veía oscuridad: https://www.youtube.com/watch?v=H2GYQzUQrh0 Recuerda que no HAY NADA MÁS GRANDE QUE DIOS.
Amén, que bueno es Dios El siempre guarda nuestro caminar, y su amor lo es todo.
ResponderEliminarAmén, Dios es más que suficiente. ¡Dios te bendiga!
EliminarGracias por compartir y gracias a Dios por sostenerles. Dios me sostiene, esa frase me acompaña junto a “agradece en todo momento”. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminar¡Gloria a Dios! Así es, debemos entender que Dios nos sostiente aún en el más oscuro camino. Un abrazo para ti también y bendiciones.
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