La incertidumbre es una parte natural de
la vida, podemos estar tranquilos cuando de repente empieza la tormenta, sin
aviso e irrumpiendo toda nuestra cotidianidad. Aún en medio de esas tormentas,
Dios tiene el control.
Los discípulos salieron con Jesús y por
eso quizás pensaron que nada les iba a pasar, cuando de repente la tormenta
(literalmente) comenzó a hundir la barca donde ellos iban, este relato de las
sagradas escrituras lo encontramos en Mateo 8: 23-27. Los discípulos estaban
muy asustados, estaban muertos de miedo y no se explicaban cómo Jesús podía
estar durmiendo en medio de toda la marea a punto de inundar la barca. Jesús
les llamó “hombres de poca fe”, porque ya habían visto lo que Él era capaz de
hacer y como quiera sintieron miedo.
Sería muy fácil para nosotros juzgar a los
discípulos por el miedo que sintieron, porque pensamos: Ellos habían visto las
maravillas y milagros de Jesús ¿Cómo creen que los dejaría morir por una
tormenta? Sin embargo, en tiempos de tribulación y cuando las tormentas llegan
a nuestras vidas, nos solemos comportar de forma muy similar a los discípulos.
Señor, ¿Cómo permitiste que muriera mi ser querido? ¿Señor cómo permitiste que
ese virus llegara a nuestro país? ¿Por qué no haces algo Señor? Así nos la
pasamos reclamando a Dios, pues nos da la impresión de que está durmiendo como
Jesús en medio de aquella tormenta, cuando en verdad solo esperaba el tiempo
perfecto para actuar.
La realidad es que Dios tiene el control
de todo lo que pasa en nuestras vidas, aún cuando nos parezca que no es así. En
medio del miedo y la tormenta Jesús: Entonces se levantó y reprendió a
los vientos y a las olas, y todo quedó completamente tranquilo. Mateo
8:26b (NVI). La soberanía de Dios es absoluta, el viento y el mar le
obedecen, hechos que ningún ser humano podrá alcanzar. En medio de las
tormentas de nuestras vidas Jesús se levanta en el tiempo oportuno (que es su
tiempo y no el mío) y trae la tranquilidad que tanto anhelamos.
Las tribulaciones y el accionar de Dios en
nuestras vidas nos llevan a reconocer que Jesús es asombroso, como refirieron
los discípulos en Mateo 28:27. Dios permite las tormentas en nuestras vidas
para traernos lecciones y enseñarnos que el control de todo está en sus manos,
no en las nuestras. Aunque pienses que Jesús no se preocupa por lo que te pasa,
tienes que recordar que todo está en su control y que cuida de ti como nadie lo
hace en este mundo.
Todas estas promesas de cuidado y de
actuar en medio de la tormenta, están reservadas para sus hijos e hijas, quienes
le han confesado como su Señor y Salvador y quienes viven para Él. Hoy Dios te
da una oportunidad, no de librarte de la tormenta, pero si estar seguro de que
Él tiene el control en medio de cualquier circunstancia.
Si quieres recibir a Cristo en tu corazón,
puedes hacer esta oración en donde te encuentres: Dios, entiendo que te
necesito. Te pido que me perdones y comiences a trabajar en mi vida. Gracias
por esta oportunidad.
Versículo para reflexionar durante el día:
Y sabemos que a los que
aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a
su propósito son llamados. Romanos
8:28 (RV;1960)
Canción para el día: Estamos confiados de que lo harás otra vez y que
sus promesas siguen en pie. Lo harás otra vez, Elevation Worship. Accede a
través de este enlace: https://www.youtube.com/watch?v=es34Nr2JovU
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