Foto por Ben White en Unsplash
¿Por qué debo compartir el Evangelio?
“Pero Michael, ¿por
qué estamos haciendo esto aquí?”, pregunto yo. El me responde, “Te
escucho amigo. Está bien si no quieres hablar con la gente, pero ¿me puedes
acompañar al menos?”
En esta semana de
recreo de la universidad en EE.UU., cuando hay muchos universitarios que
aprovechan ir a lugares turísticos como playas, yo me encuentro con amigos
universitarios por cinco días en Daytona Beach, Florida.
Mis amigos y yo
formamos parte de un movimiento cristiano, entonces claro vamos a tener
devocionales juntos, hacer dinámicas, y pasarla bien en la playa…pero ¿pasar
por la playa iniciando conversaciones con personas ajenas de mi grupo sobre
temas de Dios, de fe? “Qué incómodo”, pienso yo, “estas personas están
aquí para disfrutar de sus vacaciones, y no quiero interrumpirlos con temas
incomodos como los de Dios, la persona de Jesús, y fe.”
Sin embargo, mis
amigos dicen que lo van a hacer a hacer hoy, martes. Ahora, vuelvo a la conversación
con Michael. Para que no esté solo, respondí que le acompañara mientras él
habla con la gente, pero que todavía no me siento cómodo hablando con otros así
sobre el Evangelio.
¿Qué harías tú en mi
lugar?
Te cuento esta historia
de mi primer año como universitario para ilustrar esta pregunta que muchos de
nosotros tenemos. ¿Por qué es importante compartir el Evangelio con otros? Además
de tenerlo como mandato de Jesús en las últimas palabras escritas de Él en los
Evangelios (ref. Mateo 28:18-20), ¿cuál es mi parte en esto?
Jesús nos clama a orar
por obreros. Y Jesús nos invita a formar parte de su obra en la Gran Cosecha
espiritual que hay alrededor nuestro. Nos cuenta de eso en Mateo 9:36-38 (NVI):
Al ver a las multitudes, tuvo compasión de ellas, porque estaban agobiadas y
desamparadas, como ovejas sin pastor. La cosecha es abundante, pero son pocos
los obreros —les dijo a sus discípulos—. Pídanle, por tanto, al Señor de
la cosecha que envíe obreros a su campo. Te invito a orar conmigo por esa
compasión que tuvo Jesús, y que tomemos la iniciativa de conversar con alguien
sobre Cristo esta semana.
Ahora, volviendo a la
historia de antes, te cuento que esa semana me marcó la vida. En el último día ahí
con mi grupo, yo salí con Michael otra vez, pero para tomar la iniciativa de
hablar de Cristo yo con otros. Y, ¿Sabes algo? En verdad, sí, hay muchas
personas hambrientas para conocer de las Buenas Nuevas de Cristo.
Pensamiento para el
día: El compartir de Cristo con alguien es un éxito cuando
tomes la iniciativa de compartir de Cristo en el poder del Espíritu Santo, dejando
los resultados a Dios.
Versículo del día: Ahora
bien, ¿cómo invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel
de quien no han oído? ¿Y cómo oirán si no hay quien les predique? ¿Y quién
predicará sin ser enviado? Así está escrito: “¡Qué hermoso es recibir al
mensajero que trae buenas nuevas!” Romanos 10:14-15 (NVI).
Escrito por Matthew Cayton
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