Desde adolescente tuve la oportunidad de estar en grupos
cristianos para chicas, diseñados exclusivamente para nuestras necesidades como
mujeres. Siempre escuchaba sobre la sumisión y pensaba que eso sería fácil para
mí. Sin embargo, en mi matrimonio fui descubriendo lo que realmente significa
la palabra sumisión y le pido a Dios todos los días que me ayude a desarrollar
el rol al que soy llamada como esposa.
Te estarás preguntando ¿sumisión? Quiere decir que
como esposa cristiana tengo que humillarme y no decir mis opiniones y pensamientos
¡Alto! Si este es el pensamiento que te llega a la cabeza al escuchar la
palabra sumisión, estás en el camino equivocado. No te sientas mal, pues yo todavía
estoy aprendiendo el significado de esta palabra en su sentido bíblico y todas
las mujeres tenemos que pasar por este proceso.
En Efesios 5: 21-23 dice la palabra de Dios (NVI): Sométanse unos a
otros, por reverencia a Cristo. Esposas, sométanse a sus propios esposos como al Señor. Porque el esposo es cabeza de su esposa, así como Cristo
es cabeza y Salvador de la iglesia, la cual es su cuerpo. Así como la iglesia se somete a Cristo, también las
esposas deben someterse a sus esposos en todo. A la luz de estos pasajes, podemos ver que
el tipo de sumisión que Dios demanda, trae consigo gozo y no tristeza. Pues si
el sometimiento es como la relación de Cristo y la iglesia, es una relación de
redención, amor y cuidado.
Las mujeres tendemos a querer hacer las cosas a nuestro modo y nos
llegamos a creer la mentira que nos vende el mundo de que no tenemos que estar
bajo la autoridad de nadie, incluyendo a nuestros esposos. Frases como ¡Poder
femenino! ¡Yo puedo todo sola! ¡Soy autosuficiente!, puede que estén sonando en
tu mente ahora mismo. Sin embargo, Dios nos manda a someternos a nuestros esposos
y a Él. Someterse es entender nuestro rol como esposas, pues fuimos creadas
como ayuda idónea. Ser sumisa no significa que somos inferiores a los hombres, los
dos fuimos creados a imagen de Dios. Tampoco es que someterse les da derecho a
nuestros esposos de tratarnos mal, pues si sigues leyendo el versículo 24 de
Efesios 5, descubrirás que ellos deben amarnos como Cristo amó a la iglesia hasta
el punto de entregarse por ella (Nancy Leigh DeMoss, 2004).
¡Mujer! No caigas en la mentira que te vende el mundo, someterte a tu
esposo no quiere decir que no podrás expresar tus opiniones, pero si quiere
decir que te dejarás liderear por tu esposo. Es como nuestro líder Jesús quien
nos guía, no se trata de una jefatura, pero si de autoridad. Como bien lo
expresa Nancy Leigh DeMoss (2004) “La sumisión no es más que la evidencia de
su confianza en el poder soberano del Señor su Dios. La sumisión es un reflejo
de su redención” (p.139).
En resumen, la sumisión es sinónimo de respeto al líder, en este caso nuestro
esposo. Los hombres perciben el amor en gran medida cuando se sienten admirados
y respetados por sus esposas. Para poder vivir esta verdad bíblica, es
importante que reconozcamos nuestro deseo de siempre querer actuar por nuestra
propia sabiduría y presentarle esto al Señor en oración y pedirle que nos ayude
a cambiar.
Oración: Señor, te pedimos que
nos ayudes a comprender nuestro rol como esposas. Que podamos respetar a
nuestros esposos cada día, en las pequeñas y en las grandes decisiones.
Pensamiento para el día: Debo obedecer los mandamientos
de Dios y ponerlos en práctica en mi rol como esposa.
Referencias:
·
Nancy Leigh DeMoss.
(2004). Libro: “Mentiras que las mujeres creen y las verdades que las hacen
libres”
Este articulo fue escrito por: Florangel Ramos Adames.
Resido en la República Dominicana.
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