Dentro de sus mandamientos, Dios nos ordena a honrar a nuestro padre y madre. Para poder cumplir con este mandamiento, lo primero que debemos hacer es entender ¿Qué significa honrar? De acuerdo al Diccionario Bíblico Vine “honrar” tiene diferentes definiciones, en relación a este mandamiento en particular, se refiere a proporcionarle a nuestros padres y madres un elemento de glorificación que no es parte natural de ellos. Honrar en pocas palabras se trata de respetar a alguien[1]. La gran pregunta ahora sería ¿Cómo puedo honrar (respetar) a mi padre y madre?
A los niños y niñas siempre se les dice que deben obedecer a sus padres y madres, pero esto no acaba cuando nos mudamos de casa o alcanzamos una independencia económica. Obedecer va más allá de cumplir con ciertas normas, es honrar a nuestros padres y madres a lo largo de nuestra vida. El cuidar de sus necesidades, estar pendiente de ellos (tener tiempo de calidad), escuchar sus consejos, velar por su bienestar general, son solo algunos ejemplos de cómo podemos honrar a papá y mamá sin importar cuál sea nuestra edad.
Ahora, todo esto suena muy bonito y más si has tenido un padre presente y amoroso, una madre que te cuida y siempre ha estado ahí para ti. Pero, ¿Qué pasa cuando ellos no actúan como esperamos o estuvieron ausentes por cualquier razón? La respuesta es más fácil escribirla que hacerla y es que debemos seguir honrándolos sin importar las circunstancias. Quizás te tocó vivir el abandono de tu familia o alguno de tus padres murió y no tuviste la oportunidad de conocerlos. La mejor forma que tienes para honrar a un padre o madre que te abandonó, te hirió o no cumplió con su rol, es perdonarlos. Recuerda que tu Padre celestial nunca te deja solo (Salmos 27: 10 (NTV): Aunque mi padre y mi madre me abandonen, el Señor me mantendrá cerca).
Cuando honramos a nuestros padres y madres, cumplimos con un mandamiento que viene acompañado de una promesa: Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días sean prolongados en la tierra que el Señor tu Dios te da. Éxodo 20:12 (RV). Esta promesa de Dios sigue en pie en nuestros días. Muchas veces no es fácil honrar a padre y madre, por eso es que debemos tomar una decisión consciente de hacerlo todos los días.
Mi papá siempre ha cuidado de su madre (mi abuela), con una dedicación tal, que no deja de ir un solo día a su casa para brindarle todos los cuidados que ella necesita. Cuando lo veo tan esforzado le digo que debe tratar de descansar más, pero él me responde “que nada de lo que podamos hacer, puede ser suficiente para una madre”. Si tenemos la oportunidad de honrar en vida a nuestros padres, no lo dejemos de hacer. No solo por la bendición que eso trae a nuestras vidas, sino porque es nuestro deber como hijos.
Recuerda: Si tu padre o tu madre no están contigo por cualquier razón, tienes a tu Padre celestial en quien puedes confiar y a quien debes respetar en todo tiempo.
Oración: Dios, ayúdame a honrar a mi padre y mi madre, independientemente de sus acciones. Te pido que me permitas perdonarlos si tengo que hacerlo y velar por sus necesidades si tengo esa oportunidad. Gracias por ser mi Padre celestial, sé que me cuidas y me proteges. En el nombre de Jesús, amén.
Canción para el día: El Padre que siempre soñé de Abel Zavala:
https://www.youtube.com/watch?v=89qxWZiNkGI
Escrito por: Florangel Ramos Adames. -
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