La semana pasada hablamos de “¿qué es la Iglesia?”,
aquí en Semillas Bíblicas. Y en este post vamos a explorar un poco sobre el
origen de la iglesia protestante.
Primero, comenzamos con un poco de historia. ¿Has escuchado
del figuro Martín Lutero? Él era un monje alemán quien comenzó “la Reforma” en
1517 con sus “95 Tesis” clavadas en la puerta de una iglesia en Wittenburg,
Alemania. Pero esta pequeña historia de Lutero es solo una parte.
Dos preguntas sobresalen en esta historia y son
sumamente importantes para reflexionar:
1) ¿Quiénes son
los verdaderos cristianos?
Sola Fide. Solo por fe. Esta frase es sencilla pero
significativa. Romanos 3:28, “Concluimos que el hombre es justificado
por la fe aparte de las obras de la Ley” (NBLH).
Los reformadores decían que la justificación se basa
en la justicia imputada de Jesús (i.e. que la justicia de Jesús sea acreditada
a ti). La única base por la cual una persona puede ser salva es la justicia de
Jesús, la cual viene al momento de creer, de poner su fe en Jesús como Señor y
Salvador.
Romanos 4:1-3, “Humanamente hablando, Abraham fue el
fundador de nuestra nación judía. ¿Qué descubrió él acerca de llegar a ser
justo ante Dios? Que si sus buenas acciones le hubieran
servido para que Dios lo aceptara, habría tenido de qué jactarse; pero esa no
era la forma de actuar de Dios. Pues las Escrituras nos
dicen: «Abraham le creyó a Dios, y Dios lo consideró justo debido a su fe».
2) ¿Cuál es la verdadera iglesia?
Sola Scriptura. Solo
la Biblia. Otra frase
sencilla, pero importante para reflexionar. A través de la Biblia podemos
conocer más de cómo se compone la verdadera iglesia.
La semana pasada,
resumimos a la iglesia como “la comunidad de creyentes que han sometido sus
vidas a Jesús como su único y suficiente Salvador” (Qué es la Iglesia,
18 Junio).
Y a través de una
fe en Cristo como Salvador y la Biblia como Palabra de Dios, podríamos cumplir
con esta imagen bella en:
1 Corintios 12:11-13, “Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo
a cada uno en particular como él quiere. Porque así
como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del
cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo. Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo,
sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de
un mismo Espíritu.”
“Dios, gracias por la justicia de Jesús que puede
ser acreditado a cualquiera que creyera en Él como su Señor y Salvador. Qué
regalo tan inmerecido! Ayúdame a aprender del pasado y recordar lo que has
hecho en mi vida. Mi Padre Dios, qué yo sea un miembro ACTIVO en el cuerpo de
Cristo, en tu Iglesia. Amen.”
Escrito por Matthew Cayton
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